Cuidar, cuidarme, cuidarnos

El 5 de noviembre fue el Día del Cuidador

Cuidar, una palabra viciada que en vez de tener una connotación de algo hermoso, humano y satisfactorio, se asocia frecuentemente a dos palabras: estés y cansancio. También tiene género femenino.

El burnout, término relativamente reciente pero que ya todos conocemos o padecemos, describe las consecuencias asociadas a la experiencia del estrés crónico debido al trabajo. Este trastorno se asocia sobre todo con las profesiones dedicadas al cuidado de otros, por ejemplo de personas mayores, enfermos, personas con discapacidad ( que necesite apoyo constante) y niños.

Agotamiento constante, sensación de vacío, desinterés o indiferencia, bajo rendimiento y una identificación cada vez menor con la ocupación son algunos de los síntomas. A nivel físico el estrés puede acarrear problemas cardíacos, dañar el sistema inmunitario y aumentar la probabilidad de gastroenteritis. Las hormonas del estrés (adrenalina, noradrenalina y cortisol) producen cambios que pueden afectar al funcionamiento cerebral afectando nuestra capacidad de atención, aprendizaje y memoria. A largo plazo puede favorecer la aparición de depresión o el incremento de adicciones (cafeína, alcohol, tabaco).

Debemos estar atentos a la aparición de estos síntomas iniciales, si se confirman la mayoría podemos estar en riesgo.

¿qué podemos hacer? hay varios aspectos fundamentales: primero intentar modificar algunas rutinas, segundo hablar de ello y pedir apoyo y tercero acudir al médico o psicólogo en busca de ayuda si es necesario.

  • Repartir tareas con otras personas y dejar de pensar que somos quien "mejor lo hace".
  • Aprender a decir que NO, incluso ante chantajes emocionales.
  • Pedir ayuda, reconocer nuestras limitaciones.
  • Asumir un número razonable de tareas.
  • Planificación y organización del tiempo y prioridades.

Pero ¿qué fácil es decirlo y qué difícil hacerlo? Si queremos ir al gimnasio pero no hemos visto a nuestro hijo en todo el día, nos invade la culpabilidad; si retrasamos un poco la hora de la comida de nuestro mayor porque salimos tarde de la peluquería, nos invade la sensación de irresponsabilidad terrible. 
Es legítimo dedicarnos tiempo, es imposible estar al 100% para alguien, es un concepto erróneo e insano. No se va a caer el mundo por un día o un momento, sin embargo nosotros sí podemos caer rendidos. 

Olvidarnos por un rato de esas responsabilidades no sólo es humano sino también saludable.




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